All we need is just a little patience
La paciencia es sin duda la más inútil de todas las virtudes. Os planteo una situación: Estás en el cine, clase, charla o similar. Todo el mundo está hablando y te estás perdiendo parte de lo que has ido a ver. Como repartir odio por mucha superficie sólo consigue diluirlo, decides concentrar todo tu odio en algún grupo cercano.
En un principio tu paciencia te lleva a no hacer nada, sólo odiar. No lo entiendes. ¿Por qué hablan? ¿Si tienen la boca cerrada su cerebro no aguanta la presión y explota? ¿Por qué se encuentran en el mismo recinto que tú si está claro que ellos no quieren estar?; no consigues recordar a nadie que te amenace si no vas
Así que aguantas un tiempo, tanto como pueda tu paciencia. Pero llega un momento en que ésta se acaba. Aquí ya no eres un ser racional, decir algo al grupo que te molesta implicaría gritos, insultos y (tratándose de mí) puñetazos en la mesa.
Pero recapacitas. ¿En qué posición te dejaría eso? Serías el malo de la película; desde su punto de vista serías un tipo que, sin venir a cuento, se les acerca y les grita; un loco cascarrabias. Tú tienes la razón y, sin embargo, vas a perder… No puede ser. Es entonces cuando decides decírselo pero calmadamente. Grave error; estando ya calmado tu paciencia se vuelve a activar y vuelves al principio del bucle.
Y no hay más opciones, una úlcera o ser la reencarnación del mal (pero sin todo el atractivo de lo malvado)
Etiquetas: cine, odios, reflexiones
1 Comments:
Gracias a Haloscan por borrarme todos los comentarios a este post en mi anterior dominio
Publicar un comentario
<< Home