At twenty one the world was mine
Bueno, hoy es mi cumpleaños así que supongo que lo normal es actualizar el blog. Empecemos hablando por el título, descartado “Tien 21” ante lo estúpido que resulta me quedé con ese fragmento de una canción de O.M.D., no es demasiado cierto pero la canción me encanta.
Hace algún tiempo, en el Magacine de la Nueva España, Quim Monzó hablaba de una web donde tú podías escribirte a ti mismo un correo y recibirlo X días, meses o años después. Podías hacerlo público y que los demás lo pudieran leer o bien privado. Lo más normal eran correos a un yo futuro de “espero que tengas piso/mujer/hijos/…”; y varios se escribían hasta con un periodo de 25 años.
En un principio pensé en hacerlo. Quedaba más o menos un año para este cumpleaños y no parecía muy mala idea. Sin embargo, acabé por descartarlo, primero porque se me antojaba a poco recibirlo sólo un año después. Y si lo postergaba demasiado, lo normal es que desapareciera mi dirección de correo.
Además, entraba en el dilema un factor más. Si recibes el correo y se ha cumplido todo lo que esperabas (partimos de que no te mandas un correo de “Hola, que tal… bien eh… pues hace 10 años estaba lloviendo…”) porque eres un hombre de éxito no tendrías ningún problema; te alegrarías, te resultaría curioso y te pondrías nostálgico. Pero y si resulta que lees la carta y te das cuenta de que tu vida, en realidad, es una mierda. Vaya, no me negaréis que puede pasar. Peter Griffin decía que su niño interior odiaba al gordo cabrón en que se había convertido; bueno, pues por ejemplo. No tiene por que ser que estés en la ruina, acusado de homicidio, etc… puedes ser un hombre de negocios que ha renunciado a todos sus ideales pero en el fondo daría todo su dinero por volver a sentirse libre. Imagínate recibir la carta en esos casos…
Así que, finalmente, no envié nada y aquel artículo se fue de mi mente y no volvió hasta ayer. Si me lo hubiera mandado para recibirlo hoy, no sé si sería decepcionante, porque simplemente mi vida es prácticamente igual que hace un año, y que el anterior,… Pero bueno, qué le vamos a hacer, tampoco es para quejarse.
De momento eso es todo; gracias a los que me han felicitado, grageas para la memoria a los que no se acordaron y para los que no quisieron, nada. Cya.
Etiquetas: cumpleaños, mails, reflexiones