Abe's Brain

lunes, noviembre 21, 2005

To the moon and back

Supongo que no soy un hombre de mundo. Por mucho que Portugal y Andorra sean otros países, decir que has viajado a ellos no es como decir que has viajado a Alemania; de hecho, en ocasiones, es mejor no decir nada.

En mi clase de inglés, en principio, todo indica que si no has viajado llevas una vida totalmente anodina. Esto es porque por cada vez que se habla de los libros que te gustan o que has leído últimamente se han hablando 10 veces más de viajes. La comparación con películas es todavía más baja; de videojuegos mejor no hablamos. Esto me deja en una posición bastante precaria para seguir estas conversaciones. La gente de mi clase habla sobre sus viajes por Inglaterra, La India, China, Buenos Aires, Holanda, etc... Mientras yo tengo poco más que hacer que mirar y asentir, porque en comparación, Portugal sabe a poco.

Lo primero que pensé fue en hacer un viaje. Ahora cobras un escaso sueldo de becario, me dije, hazte un viaje a algún sitio. Podrás contar tantas anécdotas como el tío matt de los fraggle. Basta con un viaje, podrás hablar de ese país en todas las conversaciones de adonde has ido, qué sitios querrías volver a ver y todas esos temas que siempre acaban igual.

Más tarde pensé un poco en mis compañeros de clase. Son unos tipos muy sosos. Tanto ellos como ellas, y a excepción de uno (el único con el que no me aburre hablar), son gente increíblemente sosa. Siempre había pensado que hacer varios viajes te dotaba, en cierto modo, de una personalidad más interesante; pero no. Pensaréis que exagero pero es verdad. No os lo vais a creer, pero si se nos da un tema para hablar en grupo, el primero que habla soy yo. Y como intuiréis, no me lanzo precisamente en cuanto hacen la pregunta. A veces pasa el tiempo, el silencio ya no es incómodo, es que es de otro planeta. A veces simplemente callo para ver si por una vez alguien habla (que también pasa de vez en cuando). Pero lo cierto es que la mayoría de las veces tengo que empezar yo. Extraño, ¿verdad?

Antes había un chaval simpático. Al principio no me caía nada bien pues nunca conseguí apreciar del todo su sentido del humor. Pero hay que reconocer que, al margen de algunos chistes ñoños, era un tipo normal. Siempre era él el que enseguida empezaba (o incluso creaba) las discusiones. Y después de él, o en sustitución, estaba yo. Con el paso del tiempo me fue cayendo mejor y podía hablar de cosas con él que no fueran relacionadas con el inglés (había estudiado algún módulo de informática). Pero este año ya no está.

De vez en cuando tengo que contener la risa. Cuando se toca algún tema demasiado personal nadie habla, cuando la profesora se va a hablar con alguien todo el mundo se queda callado como si no se hubieran visto jamás... me hace mucha gracia. Comprendedme, yo siempre suponía que la gente, digamos, normal al compartir tantas horas de clase se conocería un poco entre sí. Pero es como una mascarada para la hora y media de hablar en inglés.

Me estoy espesando. Simplemente decir que no es normal. Algunos es como por timidez, lo cual no me parece raro (excepto para la que dice que quiere ser profesora de... ehm... algo). Pero es que con algunos es un milagro si al final de la clase han dicho más de cuatro cosas. A fin de cuentas a mi también me pone nervioso ser el centro de atención y tengo que hablar el primero muchas veces.

Lamentablemente todo esto se torna contra mí cuando se habla de parajes exóticos o viajes al extranjero. Entonces ellos deben pensar que pobrecito ese chico que no ha viajado a más de mil kilómetro, qué aburrida tiene que ser su vida.

Etiquetas: , ,