Abe's Brain

domingo, octubre 23, 2005

Lights will guide you home

… and ignite your bones

Tenía pensado escribir un post sobre el síndrome del niño pequeño. Ya sabéis, si a un niño le decís que no pulse ese gran botón rojo que pone ‘peligro’, lo primero que hará el niño cuando tenga oportunidad será pulsar el gran botón rojo, con el peligro que ello conllevará.

Eso es lo que sucede cuando hay un eclipse. Todos los periódicos y telediarios nos advierten de que no miremos directamente al eclipse, que es muy malo. Pero cómo carajo quieren que no miremos a esa enorme esfera incandescente que se empeña a ponerse delante a la mínima. Es natural, ¿cuántas veces al día miras al sol? ¿Alguna? ¿Y cuántas veces te apetece mirar al sol en quince minutos de eclipse?

Pues salgo yo primero del estanco y luego de casa (habiendo entrado previamente en ésta entre medias claro) con sendas advertencias de mi abuela y de mi madre de que no mire al sol, algunas con clara preocupación; pensando cómo redactar dicho post y llego al primer semáforo.

Siempre cauto de la amenaza solar aparté la mirada cuando mis ojos corrían peligro y, ya en el semáforo me quedé en la sombra. En la acera de enfrente veo que baja una señora con gafas de sol. Parece que se va a quedar, como yo, en la parte donde no da el sol. Pero entonces, da un paso más y mira como, quien intenta distinguir algo entre la niebla, directamente al eclipse. Lo siguiente que hace es retroceder aturdida moviéndose las gafas.

Ya está, pensé, se ha quedado ciega, normal; y merecido por otra parte. La señora comienza a frotarse los ojos, colocarse una y otra vez las gafas, etc… Lo normal sería que hubiese escarmentado, pero no contenta con el susto inicial, vuelve a repetir el proceso (esta vez con menos decisión y más miedo, pero no demasiada sensatez) con idéntico resultado. Y lejos de amedrentarse siguió así hasta tres o cuatro veces.

Vale una vez, por eso del síndrome del niño pequeño, pero a partir de dos ya son ganas de tener serios problemas visuales. Mientras yo seguía en la otra acera, mirando todo el proceso, esperando el momento en que comenzara a gritar un ‘estoy ciega, estoy ciega’ mientras la multitud la rodeaba preocupada. Tal cosa no ocurrió, tan poco me hubiese alegrado porque lo hiciera (aunque lo penséis).

Simplemente el semáforo se abrió, la señora con curiosidad infantil no pareció tener problemas para caminar y todo el mundo siguió girando. El reproductor de mp3 saltó a la pista 2, confirmando que no sólo el post se había escrito; incluso tenía el título perfecto.

Coldplay - Fix you

When you try your best but you don't succeed
When you get what you want but not what you need
When you feel so tired but you can't sleep
Stuck in reverse

And the tears come streaming down your face
When you lose something you cannot replace
When you love someone but it goes to waste
Could it be worse?

Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you

And high up above or down below
When you're too in love to let it go
But if you never try you'll never know
Just what you're worth

Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you

Tears stream down on your face
When you lose something you cannot replace
Tears stream down your face
And I

Tears stream down on your face
I promise you I will learn from my mistakes
Tears stream down your face
And I

Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you.

Para esos que entran buscando letras de canciones y se van con las manos vacías

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domingo, octubre 02, 2005

American Blend

Después de trabajar tres semanas en un estanco creo que es hora de poner un post. Generalmente no tengo problema, he aumentado mis tobacco seller skills hasta límites insospechados. Incluso logro recordar las marcas de algunas personas y casi todos los precios habituales.

Sin embargo, aunque yo he tenido que entrenar para alcanzar un nivel aceptable, hay ciertas personas que van a pedir que se niegan a avanzar. En aras de un buen servicio, facilitándome las cosas a mí y, por lo tanto, al cliente, procedo a enunciar una serie de consejos prácticos a seguir al entrar a un establecimiento cualquiera.

No se invente los nombres de las marcas. No sólo porque son marcas registradas sino por la posibilidad de que el que le atiende no tenga poderes telepáticos. Si le parece gracioso cambiar los nombres, asegúrese de que ambos conocen el equivalente real. Hágalo como quiera, coméntelo el primer día, pase una nota… Pero, por favor, no pretenda que no asocie “Bonanza” con una de las innumerables marcas de puros y puritos que no conozco y sí con un BN. Es más, se lo perdono, pero hágame el favor de no quedarse mirando como si nada cuando le miro con cara de no conocer la marca, echo un vistazo por la estantería, pregunto a mi madre dónde están, y recibo la respuesta de que tampoco conoce la marca.
Gracias a Dios el resto de la gente sí se asegura de que conozco las equivalencias antes de pedirme un “Beeee”, un “Camelo” o un “tabaco rubio de ese que fumo yo”
Este punto no es aplicable a las múltiples acepciones a las que responde el American Jean’s; todas ellas, al menos, reconocibles.

Aprenda a usar el teléfono. Tras varios días teniendo que confirmar que aquello sí era el estanco dado que no reconocían mi voz decidí cambiar el típico “¿Sí?” por un “Estanco” a modo de teleoperador. El sistema parecía funcionar bastante bien. La gente no se sentía confusa y pasaba a decir quién era y hacer el pedido. Pero siempre hay excepciones. Reproduzco una conversación real
Ring ring
A: Estanco
S: …
S: Eeeeh…
S: …
S: ¡Buenos días, no?!
A: Buenos días
S: …
S: Eeeeh… ¿Quién es?
A: Soy Abe
S: Vaya… ¿a dónde estoy llamando?
A: … Al estanco
S: P-pero… Eh… Yo creí que…
Después de unos segundos balbuceando y dudando mi madre coge el teléfono y apunta el pedido. Yo me retiro pensado que hay gente que no debería poseer un teléfono
En fin, se ve que al decirle el nombre se pensó que era mi tío (con el mismo nombre). A partir de ahora me tendré que presentar como en el Señor de los Anillos (Aragorn, hijo de Arathorn)

Sea educado. Si estoy anotando un pedido mientras hablo por teléfono no me importa el tiempo que se quede delante de mí, mirándome, tras haberse saltado la cola e ido a la otra parte del mostrador donde estoy yo, no le voy a atender. Estoy hablando por teléfono, no se quede delante de mí con intención de que le haga caso. Y, por favor, no me haga una pregunta como si no estuviera haciendo nada; si se fija un poco verá que estoy intentando anotar lo que me piden al otro lado de la línea

Tenga un poco de consideración. Si es usted un tipo, en general, oscuro y apagado, con apariencia de que le han robado el alma, que sus primeras palabras al entrar en un establecimiento no sean “¿Últimas voluntades?” en tono serio. Pruebe con un hola, buenos días, querría saber si, etc. No querrá que nadie salga corriendo después de orinarse en los pantalones.

No sea rastrero. Ha tenido usted suerte de que no sea el dueño del negocio. Porque si me vuelve a hacer un pedido y 2 de los euros me los paga en monedas de 1 y 2 céntimos, la próxima vez que pida recibirá una bolsa llena de pitillos sueltos. Verá qué bien se lo pasa.
Hablo de la misma persona que tuvo el descaro de hacer un pedido al día siguiente de que subiera el precio del Ducados y mencionar que se lo cobráramos al precio antiguo.


No sé hasta qué punto es normal comentar abiertamente a la persona que te vende un producto, que vas a dejar de consumir tal producto. Sin embargo, lo dejaré pasar dado que en los estancos parece ser bastante habitual. Y con esto creo que nada más, como veis no está mal. De decenas de personas que atendí cada día apenas tengo unas pocas quejas :)

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