Abe's Brain

domingo, octubre 02, 2005

American Blend

Después de trabajar tres semanas en un estanco creo que es hora de poner un post. Generalmente no tengo problema, he aumentado mis tobacco seller skills hasta límites insospechados. Incluso logro recordar las marcas de algunas personas y casi todos los precios habituales.

Sin embargo, aunque yo he tenido que entrenar para alcanzar un nivel aceptable, hay ciertas personas que van a pedir que se niegan a avanzar. En aras de un buen servicio, facilitándome las cosas a mí y, por lo tanto, al cliente, procedo a enunciar una serie de consejos prácticos a seguir al entrar a un establecimiento cualquiera.

No se invente los nombres de las marcas. No sólo porque son marcas registradas sino por la posibilidad de que el que le atiende no tenga poderes telepáticos. Si le parece gracioso cambiar los nombres, asegúrese de que ambos conocen el equivalente real. Hágalo como quiera, coméntelo el primer día, pase una nota… Pero, por favor, no pretenda que no asocie “Bonanza” con una de las innumerables marcas de puros y puritos que no conozco y sí con un BN. Es más, se lo perdono, pero hágame el favor de no quedarse mirando como si nada cuando le miro con cara de no conocer la marca, echo un vistazo por la estantería, pregunto a mi madre dónde están, y recibo la respuesta de que tampoco conoce la marca.
Gracias a Dios el resto de la gente sí se asegura de que conozco las equivalencias antes de pedirme un “Beeee”, un “Camelo” o un “tabaco rubio de ese que fumo yo”
Este punto no es aplicable a las múltiples acepciones a las que responde el American Jean’s; todas ellas, al menos, reconocibles.

Aprenda a usar el teléfono. Tras varios días teniendo que confirmar que aquello sí era el estanco dado que no reconocían mi voz decidí cambiar el típico “¿Sí?” por un “Estanco” a modo de teleoperador. El sistema parecía funcionar bastante bien. La gente no se sentía confusa y pasaba a decir quién era y hacer el pedido. Pero siempre hay excepciones. Reproduzco una conversación real
Ring ring
A: Estanco
S: …
S: Eeeeh…
S: …
S: ¡Buenos días, no?!
A: Buenos días
S: …
S: Eeeeh… ¿Quién es?
A: Soy Abe
S: Vaya… ¿a dónde estoy llamando?
A: … Al estanco
S: P-pero… Eh… Yo creí que…
Después de unos segundos balbuceando y dudando mi madre coge el teléfono y apunta el pedido. Yo me retiro pensado que hay gente que no debería poseer un teléfono
En fin, se ve que al decirle el nombre se pensó que era mi tío (con el mismo nombre). A partir de ahora me tendré que presentar como en el Señor de los Anillos (Aragorn, hijo de Arathorn)

Sea educado. Si estoy anotando un pedido mientras hablo por teléfono no me importa el tiempo que se quede delante de mí, mirándome, tras haberse saltado la cola e ido a la otra parte del mostrador donde estoy yo, no le voy a atender. Estoy hablando por teléfono, no se quede delante de mí con intención de que le haga caso. Y, por favor, no me haga una pregunta como si no estuviera haciendo nada; si se fija un poco verá que estoy intentando anotar lo que me piden al otro lado de la línea

Tenga un poco de consideración. Si es usted un tipo, en general, oscuro y apagado, con apariencia de que le han robado el alma, que sus primeras palabras al entrar en un establecimiento no sean “¿Últimas voluntades?” en tono serio. Pruebe con un hola, buenos días, querría saber si, etc. No querrá que nadie salga corriendo después de orinarse en los pantalones.

No sea rastrero. Ha tenido usted suerte de que no sea el dueño del negocio. Porque si me vuelve a hacer un pedido y 2 de los euros me los paga en monedas de 1 y 2 céntimos, la próxima vez que pida recibirá una bolsa llena de pitillos sueltos. Verá qué bien se lo pasa.
Hablo de la misma persona que tuvo el descaro de hacer un pedido al día siguiente de que subiera el precio del Ducados y mencionar que se lo cobráramos al precio antiguo.


No sé hasta qué punto es normal comentar abiertamente a la persona que te vende un producto, que vas a dejar de consumir tal producto. Sin embargo, lo dejaré pasar dado que en los estancos parece ser bastante habitual. Y con esto creo que nada más, como veis no está mal. De decenas de personas que atendí cada día apenas tengo unas pocas quejas :)

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3 Comments:

Anonymous Anónimo

Ha sido un post realmente bueno, me he reido la ostia.

Ahora bien, me queda una duda, ¿es verdad que todos los estanqueros tienen una recortada bajo el mostrador, y qué cuando la sacan (si la situación lo requiere) deben decir: hoy no te matará el tabaco?

En serio, muy bueno, pero tiene que haber más anécdotas... ¡escribe leñe!.

2/10/05 22:47  
Blogger Tania-chan

Juassssssssssssssssss, que bien está el post xD Coincido con Loki: ¡¡mas anécdotas!!

Qué risas me he echao xD

Saludetes ;)

4/10/05 11:30  
Blogger Tania-chan

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

4/10/05 11:30  

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