Abe's Brain

martes, enero 31, 2006

Otro post quejica: Puertas

¡Las puertas de los baños no se cierran a menos que haya alguien dentro! Que no, leñe, que no. Que no tiene sentido y no da más que problemas. No entiendo la manía que tienen los invitados de cerrar las puertas de baños ajenos cuando han hecho uso de él.

¿Y por qué menciono explícitamente a los invitados? Pues porque bueno, intentar abrir la puerta y que no puedas porque hay alguien de tu familia dentro no es muy grave. Como mucho oirás un ‘es que no se puede ni mear tranquilo’. Pero si hay un invitado en casa, o eres tú el invitado pues es más molesto. ¿La abro, no la abro? ¿Habrá alguien dentro? ¿Se ve luz? Bueno, si la abro y está ocupado no pasa nada, me vuelvo y hago como si nada. ¿Pero y si está ocupado y no tiene echado el pestillo…?

Y ahí estás tú, en mitad del pasillo de una casa ajena, o lo que es peor, en tu propia casa, postrado delante de la puertas de un baño vacío; esperando cruzarte con alguien que te más información al respecto.

En general, me molesta cualquier puerta cerrada que no sea necesario tener cerrada como la cocina a las 4 de la mañana. Las habitaciones las perdono, aunque personalmente, a menos que esté estudiando y haya mucho ruido fuera, la tengo siempre abierta.

Y os preguntaréis por qué estoy contando todo esto. Situación:

Hoy a la hora de comer (mi hora de comer, que viene a ser cuando el resto de España menos los becarios de mi turno han comido) había invitados en casa; una amiga de mi madre en concreto. Bueno, pues tras haber acabado, como tipo limpio y responsable que soy, recogí y fregué mis platos. El tupper donde estaba la comida todavía tenía bastante salsa así que lo más sensato me pareció que era echarlo por el váter (o inodoro, wc…no sé cómo se llama vuestro váter). Para hacer esto correctamente lo mejor es echar un poco de agua. Bien, pues con la vista fija en dicho tupper para que no se cayera nada, me dispuse a recorrer el camino. Uno lleva unos cuantos años viviendo en esta casa y no necesita luz para ir por ahí, la penumbra que había me bastaba. Cuál fue mi sorpresa cuando al llegar al baño me topé con una especie de muro impenetrable que vamos a llamar puerta. ¿Resultado? Salsa para acompañar el cachopo por el suelo, salsa para acompañar el cachopo en mi jersey, Abe dando voces preguntando a los cuatro vientos quién coño había cerrado la puerta, Abe dándose cuenta de que había invitados…

Sólo eso, gracias por su atención

Etiquetas: , ,