Abe's Brain

martes, mayo 31, 2005

New Year's Abe

Hace hoy un año este blog se adentraba en la red con su primera actualización. Quién iba a decir que iba a durar más de dos meses…

Yo me di cuenta hace una semana cuando intenté recordar cuándo había empezado y llegué a la conclusión de que se me había pasado la fecha. ¡Qué decepción! Todas estas cosas se celebran con un post especial muy emotivo y a mí se me había pasado. Más tarde lo comprobé y vi que aún estaba a tiempo.

Y aquí estamos. En un principio pensé es releerme todos los post y hacer una reflexión sobre cómo era, sobre cada uno de los post o algo por el estilo. Lo cierto es que, aunque no haya muchas actualizaciones, esta semana no tengo mucho tiempo. Y tampoco me apetece autoaplicarme un estado de profunda depresión, que hace mucho sol oiga

Otra de las cosas típicas podría ser agradecer a todos los lectores el apoyo y los comentarios a los posts; ya sabéis todo eso de “sin vosotros no podría haber llegado hasta aquí”. Bah, llevo 4 minutos con el cursor parado y no se me ocurre ninguna excusa ingeniosa, pero que lo olvidéis, que no os voy a hacer la pelota

Así que no hay mucho más que decir. No visito muchos blogs (y menos que hayan cumplido un año), de modo que no se qué más opciones me quedan. Además tampoco me siento inspirado para escribir; yo escribo de noche y lo más melancólico, o cabreado según el post, posible (sí, por eso es Sad sad Abe’s brain). Nada más pues, felicidades

Etiquetas: , ,

sábado, mayo 21, 2005

Normal y con tacos

Esta última he pensado fugazmente en dejar decir tacos, palabrotas o como queráis llamarlo (a mí personalmente estos nombres me parecen estúpidos). No os preocupéis, no me he unido a ninguna secta religiosa, que yo sepa, esos de la donación contra el cáncer… El caso es que bajaba yo nada alegremente a tirar la basura, cuando antes de abrir el portal, veo que empiezan a pasar unos cuantos chavales de unos 13 años (hacia el ciber supongo). Nada que a priori debiera preocuparme. Pero, unos segundos después, pasa otro que grita algo así como “Blablabla me cago en tu puta cabeza blablabla”

Bang, directo al corazón. Sin oírlo no causa el mismo impacto. No era la frase en sí, sino la forma de decirlo. Lo dijo con una voz como intentando aparentar que ya le había cambiado la misma. Como si lo dijera con la boca más abierta de lo normal para que retumbe más. A mí personalmente me resultó algo totalmente vacío de sentimiento alguno. Un insulto convertido en un bluff.

Pero no sólo eso. Era una frase que me resultaba muy familiar y ese niño había arrebatado todo significado a esas palabras. Llegué a la conclusión de que no podía ir por ahí diciendo tacos después de haber oído eso. Cualquier discusión en que los usara sería arriesgarme a que alguien pensase que sólo articulo palabras vacías.

Subí a casa dándole vueltas. El plan tenía dos problemas, el primero es que usar insultos más en plan castellano antiguo iba a sonar muy raro y por los equivalentes en japonés (el de mierda/joder mola un montón) aún más; el segundo es que, tengo entendido, que no es bueno reprimir la rabia y vete tú a saber qué podría acabar pasando. Además, lamentablemente, no soy tan ingenioso como lord Henry Wotton, por lo que el asunto se complicaba más de lo que a priori parecía.

Aún ahora no sé lo que hacer. No sé si normalmente digo muchos o digo pocos. Seguramente seguir como hasta ahora; pero puede que lo intente. Dentro de un mes alguien toserá en el cine y me levantaré a romperle el cuello, pero nada de palabras malsonantes, faltaría más.

Etiquetas: , ,

jueves, mayo 19, 2005

Pacto de sal

- M: Una vez que lo hagas no podrás regresar

- I: No lo deseo

- M: ¿Cuál es tu problema?

- I: Estoy harto de arrepentirme

- M: Te he observado. Siempre pareces muy seguro de ti mismo, lo que haces y dices no parece afectarte

- I: Al contrario, me atormenta. No en el mismo instante de decirlo, sucede más tarde cuando recuerdo la situación

- M: Creo que estás dramatizando. Lo superarás

-I: No hablo sólo de una acción. Día tras día me arrepiento de algo, hasta de las cosas más nimias. No importa si las provoco yo u otra persona, me siento culpable igualmente. Ningún día acaba sin algo que me aflija; un simple gesto mal calculado basta. A oscuras en mi habitación, repaso una y otra vez los errores, qué debería haber hecho; pero no puedo cambiarlo. No puedo soportarlo más, no creo que nadie pudiera

- M: Ignóralo hasta olvidarlo

- I: Lo he intentado

- M: ¿Y?

- I: Entonces vienen los fantasmas. Tengo sueños en los que la conciencia me castiga, es aún peor. Me despierto envuelto en un sudor frío y no consigo volver a dormir

- M: ¿Qué es lo que quieres?

- I: Una vida sin remordimientos

- M: El precio es alto

- I: No me importa

- M: Espero que lo hayas meditado bien

- I: No voy a arrepentirme por esto, ya no



Yo te protegeré, confía en mí
sumérgete en mi piel, yo te dejaré dormir.
Ya no despertarás, y al no sufrir
ya no recordaras qué es o no es vivir

Guillermo – Que no se te olvide

Etiquetas: