Abe's Brain

domingo, julio 25, 2004

Puntos de vista

Es increíble como dos personas pueden tomarse una misma situación de dos formas totalmente diferentes. En este caso la situación es mi padre cayéndose de un andamio a 2 metros de altura mientras rotulaba…

El caso es que mi padre se va a no sé donde a rotular un cartel. Después de comer, vuelve al trabajo. Pero como es bastante despistado se le olvida poner el freno a las ruedas. En algún momento era de esperar que el andamio se fuese a dar un paseo… Mi padre se da cuenta, salta y se cae al suelo.

Bien, hagamos una pausa. ¿Qué sería lo normal en este caso? La verdad es que no lo sé. Puede que quedarse tumbado en el suelo 2 minutos diciendo “ssshhhh, aaaaah”; o quizás que alguien te lleve a urgencias. Quizás lo normal sería haberse asegurado de poner el freno a las ruedas, pero ya que estamos aquí… De acuerdo, ponlo en marcha.

No, nada de eso. Lo que hace alguien como mi padre es ver cómo el andamio sigue en movimiento, levantarse rápidamente, cogerlo, poner el freno… y volver al trabajo. Después de otro par de horas trabajando vuelve a casa y cuenta la historia. Dice que parece que pisa algo mal y muestra sus talones totalmente morados; un barreño con hielo le espera. ¿Dónde están los puntos de vista? Eso viene a continuación.

Al día siguiente mi padre tiene que quedarse en casa con los pies en alto, rodeado de cojines. Para él es simplemente cosas que pasan. Cuenta la historia con una sonrisa, se agobia de tanta llamada para ver si está bien y no se le oye quejarse en absoluto.

La contrapartida viene a cargo de mi madre. A mi madre le va más el estilo de eterna sufridora, dramatizar es su especialidad en estos casos. Así que se pasea de un lado a otro mientras lanza largos suspiros y clama al cielo. Es como el modelo a seguir del “todo me pasa a mí”, y eso que en este caso ni siquiera le pasa a ella directamente. ¿Por qué le pasa todo a ella? ¿Acaso ha hecho algo malo? *Suspiro*

Esa es la cuestión, ante un problema puedes simplemente aceptarlo y seguir adelante; o bien, puedes hacer una montaña de él y pasarte días lamentándote. El problema real no va a cambiar, excepto en nuestra mente. Es decisión de cada uno cómo afrontarlo. Que cada cual elija su grupo

Etiquetas: , , ,

domingo, julio 18, 2004

Put down in words

En ocasiones siento que el lenguaje, con todas sus palabras es muy lento. Me ocurre especialmente cuando entro en una tienda a pedir algo. Yo, que suelo reducir todos a pequeños conceptos e ideas abstractas, me siento redundante cuando me veo obligado a soltar una parrafada para conseguir algo.

“Hola, quería un cartucho de tinta negra para una Epson C42. Original, si tenéis”. De esa frase se podían quitar unas pocas palabras; pero de todas formas siento que es demasiado para simplemente hacerle saber lo que quiero, algo que en mi mente es sólo una imagen, que se resume en una milésima de segundo. Cuando entro en la tienda y comienzo hablar siento como si yo ya no estuviera allí; “cuando termines me avisas” me dice una voz. Una vez que, como un autómata, recito mi frase y recupero la conciencia

Pero no es sólo en las tiendas especializadas. Generalmente el problema se da en las explicaciones; cuando te intentas explicar una situación tienes que dar unos datos que tú ya conoces y puede que sean simples, pero que requieren largos minutos de palabras que puede que para ti sean insignificantes. ¿Y si también lo son para el oyente?

Entonces viene a mi mente un tipo, de una serie de televisión que echaban en el plus, que había tomado voluntariamente la decisión de no hablar más en su vida. Decía, o más bien escribía, que era algo innecesario. Y me pregunto si no podría hacer lo mismo, ¿cambiaría realmente mucho la situación? ¿Podría realmente alguien, de manera voluntaria, aguantar algo así?

Pero bueno, todo esto lo había escrito ayer. Ahora me parece absurdo, la gente necesita hablar, sobre todo cuando tiene algo que decir, y supongo que yo igual que los demás. El problema es que no todo el mundo entiende que no siempre hay algo que decir. Los silencios incomodan, creo... Si no dices nada te arriesgas a que los demás crean que saben que estás pensando o lo que quieres decir; y, ¿si se equivocan?

En fin, creo que esto no son más que unas cuantas divagaciones estúpidas producto de una falsa y autoprovocada melancolía. Hasta ahora me siento sobrepasado por el lenguaje, que ni siquiera es hablado; incapaz de hacer saber lo que realmente quiero decir. Será mejor que quite el winamp, o ponga alguna canción más alegre...

Etiquetas: ,

viernes, julio 16, 2004

La panadería

Bueno, visto que aquí al personal sólo le interesa devorar post independientemente de lo aburridos que sean voy a actualizar :)

Cuando llevas varias semanas yendo a un establecimiento y pides lo mismo llegas al maravilloso punto en que puedes apoyarte en el mostrador y decir “lo de siempre”. En el caso de las cafeterías, mis gustos no son tan refinados como los de Frasier (“¿eso es canela?”) y tampoco voy todos los días a la misma cafetería; así que ese estado idílico vendedor-cliente sólo lo he podido desarrollar en la panadería. Sí, ya se que no es lo mismo, pero que le vamos a hacer…

Un día como cualquier otro entré y antes de que yo dijera nada ya tenía el pan en el mostrador; oh, glorioso día, si hasta me reservan mi pan de leña sin que yo nunca se lo hubiera pedido. A partir de aquel día sé que podría entrar con mis cascos y sin mediar palabra, coger mi barra, pagar e irme; simplemente genial. Evidentemente no lo hago, ya sabéis, por eso de ser educado un “hola”, “gracias”, “hastaluego”, etc... nunca están de más

Pero sobre lo que realmente quería actualizar era sobre lo siguiente. Un buen día como cualquier otro bajé a por el pan, la barra de siempre no la tenían así que pedí otra. No era algo que me importara especialmente, pero la chica que me atendía me empezó a explicar que el panadero de siempre ese día no estaba, entonces no sabía que barras están pedidas de antemano, que mañana ya estaría y … … …

Sin embargo, esos puntos suspensivos no significan que yo dejara de escuchar, de hecho oí todo perfectamente hasta ese punto. El problema fue que, sin motivo aparente, la chica comenzó a bajar el tono de voz… Seguía sonriendo y moviendo los labios, lo que me hacía pensar que todavía estaba hablando conmigo, pero yo era incapaz de oír una palabra. Eran como divagaciones en voz alta, como si estuviera hablando con ella misma. Se dirigió a la caja y yo ya sólo oía un murmullo. ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Pedirle que lo repitiera? Después de todo sólo una conversación para tener un trato más humano con el cliente. ¿Irme sin más entonces? Pero, ¿y si no lo era? ¿Cómo quedaría yo entonces? ¿Un grosero desagradecido?

Ante tal dilema; mientras notaba como el monólogo, más que un monólogo, se aproximaba ya a un loco cuando habla consigo mismo, decidí mantener la sonrisa impecable unos segundos más e irme. Llegué a mi portal aún con la duda rondándome por la cabeza. ¿De la ausencia de un panadero se podía sacar tantas divagaciones? ¿Me estaría pidiendo disculpas? De todas formas, ya nunca lo sabría.

Al día siguiente volví, supongo que con el tema ya olvidado; no recuerdo ninguna mala mirada, por lo que quiero suponer que no hice mal

Etiquetas: , ,

lunes, julio 12, 2004

Selling the drama

Se dice que el ser humano tiene una capacidad asombrosa de adaptación. Así vemos a humanos viviendo en el polo o, por el contrario, en el ecuador. Gracias a que sus cuerpos sufrieron, paulatinamente, una serie de cambios, fueron capaces de soportar las condiciones adversas del clima. Pues bien, algo parecido ocurre con los blogs…

Durante las dos primeras semanas tras crear tu blog nuevas conexiones se forman en tu cerebro. Tu manera de percibir el mundo cambia; así como tu mecánica de pensamiento. En esa época de cambio, no te pasan cosas sin más, sino que todo acontecimiento es analizado al instante y narrado por una voz en off en tu mente de modo que lo puedas plasmar en tu blog. Todo, absolutamente todo pequeño acontecimiento pasa por este proceso. Es algo increíble ver como tus vivencias se transforman, en tiempo real, en algo trascendental.

Ir a comprar el pan se convierte en una experiencia nueva. El proceso de bajar, pedir, pagar y marchar se torna en una narrativa épica por medio de dramatizar cualquier nimio detalle de tu alrededor. Caminar por una calle solitaria de noche te daría para escribir intensos capítulos de tu vida. Subir en el TUA podría llegar a ser hasta contraproducente debido al bombardeo constante de ideas.

De ese modo, “caminaba yo calle abajo cuando mis pensamientos fueron interrumpidos por el correr de las aguas de una fuente cercana. Levanté la mirada y ésta se cruzó con la de un niño que jugaba con su patín. En ese momento mi mente voló hacia aquellos años en que…” podría ser el resultado de cruzarse con un niño.

Los ratos libres de los que dispones son aprovechados para hacer borradores mentales de lo que vas a escribir. En la media hora antes de dormirte organizas el tema en pequeñas ideas, procurando no dejar nada atrás y valoras si el tema en sí es lo suficiente bueno como para postearlo. Con suerte, al día siguiente te sentarás, teclado en mano, y dejarás que la voz en off tome el control. Entonces, un simple encontronazo en la calle se convertirá en una batalla de sentimientos y emociones.

Tras unos repasos, desvelarás al público tu creación. Acto seguido, tu mente volverá a repetir el mismo proceso. Volverá a la búsqueda y selección de nuevos temas mientras espera los comentarios hechos al último. Tu vida se ha perdido, tu blog ha tomado el control; tú eres narrador y espectador de tus propios actos.

Con el tiempo, las veces en las que te sientes con ganas de escribir algo disminuyen, la voz en off pierde fuerza. Sigues teniendo temas en mente pero ya no te parecen tan buenos como la primera vez que se te ocurrieron. El espíritu de los primeros días se desvanece; así que ya no actualizas con tanta frecuencia, nada te parece tan bueno como al principio.

Dramatización, puede no ser real


Etiquetas: ,

martes, julio 06, 2004

Vagaciones

Sí, al fin estás de vacaciones. Después de todo te merecías unas vacaciones tras ocho meses de ser soberanamente vago, ahora podrás descansar

Pero no todo es tan fácil. Tras un mes sin clase te das cuenta de que las tardes son realmente largas. Te preguntas cómo has podido desperdiciar nueve meses llenos de tardes. Sin nada que hacer, una tarde debería dar para mucho, ¿no? No sé, leer un poco, ver una película, estudiar, jugar al ordenador. ¿Qué demonios has estado haciendo todas estas tardes? ¿Mirar ininterrumpidamente la ventana del msn y la del emule? No, no puede ser… ¿verdad?

Esto tiene que cambiar, ahora tienes todo el tiempo del mundo, así que te propones aprovechar el verano. En definitiva, lo mismo que otros años, sólo que esta vez vas a hacer algo; sí, seguro que esta vez vas a hacer algo. Puede que aprender a tocar el piano, o la guitarra; o quizás no esperar hasta el 8 de septiembre para empezar a estudiar; o sacar el carné de conducir (sí, maldita sea, va a haber que sacarlo tarde o temprano); leer unos cuantos libros y ver muchas películas. Sí, puede que, para empezar, con esto sea suficiente, luego puedes ir improvisando sobre la marcha. Oh sí, ya casi puedo sentirlo, un verano lleno de emociones y de enriquecimiento de espíritu. Adiós a las anodinas tardes sentado delante del ordenador sin nada que hacer. No hay tiempo que perder

Pero bueno, ya estás casi agotado… Todavía has acabado hoy, sería mejor darte un par de días sin hacer nada. Ya sabes, a modo de descompresión. Pero luego ya te pones, con más ganas si cabe aún. Seguro que este verano vas a hacer algo. Oh sí, ya casi puedo sentirlo…

Etiquetas: , ,

jueves, julio 01, 2004

Alma cansada

Estoy cansado, muy cansado. Eso se nota en que no actualicé nada esto. Simplemente no me apetecía. Estos días todo lo que me apetece es quedarme tumbado en el suelo y escuchar música. Oh sí, hace mucho que no escucho un disco entero. Pero no puedo, me comunican que estoy de exámenes. Así que estoy cansado.

Y eso se nota en que ningún tema para el blog me parece interesante. Al menos no tan interesante como para superar la pereza de escribirlo. Muchos temas que días ha hubiese escrito se quedan en el olvido. Son buenos temas, pero yo no estoy con ánimos como para escribirlos. Sólo quiero que el tiempo avance, ya queda poco. Mucha gente acaba sus exámenes y eso se nota en el ambiente. Yo tengo hasta el 6 de julio, es horrible. Tengo que estudiar pero apetece tan poco…

Y eso se nota en mis ánimos. Así que estoy aquí escribiendo esto mientras escucho unas cuantas canciones tristes de Wallflowers y Coldplay. Si estuviera tumbado y mirando al techo creo que me podría pasar el resto del día así. Sería feliz unas horas sin ninguna preocupación. Pero no puedo, insisten en que estoy de exámenes. Pero tampoco me apetece estudiar; así que me limito a estar cansado.

Pero… no llueve eternamente…

Etiquetas: , , ,