Abe's Brain

miércoles, abril 12, 2006

Abe 1 - DGT... 3

Un día, no recuerdo por qué, decidí que ya era hora de sacarme el carnet (carné no me gusta ) de conducir de una vez por todas. Bueno, en realidad, supongo que la causa era la misma que la primera vez que se me ocurrió hacía años cuando me apunté por primera vez; tenía algo de tiempo extra y parecía un buen momento. Ya había pasado bastante más de un año desde la última vez que me había parecido un buen momento para sacarme el carnet, de modo que lo primero era preguntar lo más discretamente posible cómo funcionaba el tema de la renovación. En principio todo iba bien, sólo se trataba de pagar la diferencia de matrícula entre el año en que me había matriculado y la actual. Así que varios meses después de eso (sí, lo había vuelto a dejar, esta vez antes incluso de empezar), volví a aparecer por la autoescuela.

Para el que no lo sepa, me apunté a la autoescuela allá por el segundo año de universidad, con pocas asignaturas y, por consiguiente, mucho tiempo libre. La realidad no fue muy buena., me leía algo del libro y hacía test algunos días; pero en cuanto lo dejaba más de un par de días, lo dejaba indefinidamente. Y vuelta a empezar, varias veces. Y nada parecía conseguir que me animara a ponerme en serio. Además sólo gustaba de ir a la autoescuela para hacer test cuando no hubiera nadie (a primera hora de la mañana), y sólo había un profesor por las tardes, por lo que realmente los errores que cometía no llegaba a corregirlos. Tampoco miraba en el libro para comprobar el motivo del fallo, porque no había leído el libro entero. Y pasó el tiempo.

Y allí estaba yo, de nuevo en la autoescuela, esperando no tener que aguantar un "pero lo tienes que sacar hombre, que estas cosas hay que tenerlas" hasta de la secretaría. Y decidí que un paso importante era pagar, si pagaba para volver a matricularme me sentiría mal si lo volvía a dejar (o eso esperaba). Así que pagué y me pasé a los pocos días a recoger los libros nuevos (se ve que habían cambiado y todo) con un nuevo y renovado espíritu y la intención de que esta vez fuera la definitiva (vamos, lo de siempre el primer día)

Pero sí que fue la definitiva. De algún modo conseguí que leer un tema o dos del libro y hacer los test correspondientes se convirtiera en una rutina diaria. Ese había sido el problema el primer año porque generalmente no tenía una hora fija , simplemente solía ir cuando había clase de cálculo y no me apetecía ir. Pero, en gran parte, gracias a la becaría estudiaba sin mayor dificultad. Cuando llegas a las once y media o las doce y no tienes ordenador que ocupar, sacar el libro de conducir y ponerte a leer parece una buena opción para pasar el tiempo ocupado.

A eso me dediqué la mayoría de los días de becaría que no hubiera nada que hacer (combinándolo claro con largos descansos para navegar por internet :P). Y casi un mes después me volví a pasar por la autoescuela (sí, había decido hacer los test por internet para no dejarlo por pereza de tener que ir a hacerlos allí) para ver cuándo podía hacer el examen teórico. Realmente no sabía si estaba bien preparado (como digo sólo había hecho tests por internet, sin saber la dificultad real o si estaban actualizados), pero durante ese mes apenas había hecho nada que no fuera ir a becaría y hacer tests. Ya era hora de ir zanjando el tema

A mi madre le pareció que era demasiado pronto. Normal por otra parte dado que nunca me había visto con estudiando o haciendo tests. De hecho se empeñaba en repetirme que "no se lo iba a decir a nadie hasta que lo sacara, por si lo volvía a dejar", eso es amor :). Aunque lo cierto es que hasta yo estaba empezando a estar un tanto nervioso según se acercaba el día. Pensé que ir a la clase de repaso el día antes del examen era una gran idea. Apenas había unas cinco personas y un profesor. Con la primera pregunta que le hicieron casi me levanto y me voy, completamente relajado y satisfecho de mí mismo. Una pregunta de línea discontinua adosada a una continua era básico, pero básico básico; que se sabe a poco que hayas ido de pasajero en un coche. Pero claro, en ese momento yo pensaba que todos los que estábamos allí íbamos a presentarnos el día siguiente (y no era así).

Más seguro de mí mismo le pregunté un par de dudas al profesor y me puse a hacer unos tests. Me pasé de pie varios minutos delante de una estantería intentando averiguar dónde estaban las hojas de respuestas. Me daba algo de corte preguntar, dando a entender que jamás me había pasado por allí. Cuando ya empezaba a ser preocupante el tiempo que estaba pasando de pie rebuscando entre los diferentes estantes me rendí y pregunté. El examen resultó ser bastante más complicado que los que había hecho. Realmente, los básicos que todotest.com podía responder la respuesta correcta sin apenas leer la pregunta (acabas memorizando las respuestas). De hecho suspendí ese test. Pero luego otros, según el profesor, los más parecidos a los que os iban a caer, los aprobé más o menos bien.

De la que me iba la secretaría me deseó suerte y el profesor descubrió que me presentaba al día siguiente. Yo creí que lo sabía, pero claro, si pensamos en que le había preguntado dónde estaban las hojas de respuesta y que nunca me había visto... Me dio un par de consejos y me habló de un par de señales que solían caer. Un buen tipo y muy recomendable lo de hacer tests con un profesor al que preguntar.

Al día siguiente nos bajaron hasta la Corredoria tres cuartos de hora antes del examen. Aproveché para preguntar una duda de mecánica a la profesora que nos llevaba en coche. Yo trataba de dar una imagen de seguridad y de que no estaba nervioso para que me fuera más fácil creérmelo. Pero supongo que era inevitable, siempre me pasa antes de los exámenes. Gracias a Dios me llevé el reproductor de mp3, porque entre que no conocía a nadie, que había muchísima gente y el examen en sí... El rato en que consideré que podía estar escuchando música sin parecer un maleducado lo pasé más calmado.

El examen en sí fue bastante fácil. No había ninguna pregunta que no hubiera visto antes, aunque extrañamente me temblaba la mano (eso sí que nunca me había pasado, siempre se me quitan los nervios en cuanto entregan las hojas). Y lo cierto es que, por lo que pude ver hablando con otros de la misma autoescuela, yo iba muy bien preparado. Incluso me dio la impresión de que lo estaba hasta límites innecesarios, pero bueno.

El caso es que aprobé; pero hasta finales de abril, como mínimo, no tengo plaza para las prácticas. Y, para colmo, mi padre, que recuerdo que a mi hermano le dio alguna clase básica en un polígono industrial, no parece que vaya a hacer lo mismo conmigo. Eso sí que me molestó. Independientemente de disponer de un coche adecuado, el no haberlo siquiera sugerido no me sentó muy bien. No sé si es el precio por haber tardado tanto o qué.

Al menos mi hermano sí que lo hizo en cuanto se enteró; y estaba en Madrid... A ver si podemos ir un día festivo de estos. No sé cómo se me dará, yo en los juegos de coches lo primero que hacía era poner la cámara en tercera persona

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viernes, abril 07, 2006

Demon Days

Dado que me han insinuado de una forma, más bien, poco sutil que debería actualizar vamos a ello. Y diréis, con todos los meses que han pasado tendrá por lo menos… ehm… 5 posts que ofrecernos. Pues no, si esto no se actualiza es porque no hay con qué actualizarlo. Estoy tan sumamente estancado y mi vida se ha vuelto tan anodina que he tenido que juntar tres ideas para tres posts en uno sólo con tal de hacerlo mínimamente interesante. De hecho, hasta hace unos minutos no existía esta introducción, y el verdadero post comienza aquí:

Pereza



Cansado de la silla que tengo en mi habitación; porque con el ordenador se navega, se baja, se anda, se sube, se está… pero no se maneja como una Harley, decidí comentarles a mis padres que necesitaba una silla nueva. Hacer esto es como salir e ir a decírselo a un funcionario al azar. Así que varias semanas después yo seguía sin silla nueva, por lo que tras un “nos vamos a Ikea, pero ya”, nos presentamos en Parque Principado a las nueve y pico de la noche. Sólo puedo decir que Ikea, un día por semana, a las nueve y pico de la noche es una pasada. Hicimos el recorrido guiado de arriba sin encontrarnos prácticamente a nadie.

Al final me compré una Allak. Siempre había querido tener una de las típicas sillas de oficina, negras, de piel (imitación, claro, en este caso), con ruedas y encima era de las más baratas. La tuve que llevar, me daba igual que no fuese para una oficina. Y lo cierto es que era de las más cómodas. Había una de 300 euros que, aparentemente, parecía una silla de escritorio normalita y, al sentarse, como dos tablas de madera perpendiculares; eso sí, para la espalda debía de ser la leche, digo yo.

Luego para rematar el motivo familiar nos fuimos a cenar al Pans. Uno no rechaza un bocadillo del Pans, aunque sea con sus padres. Y la verdad es que estuvo bien, me sentí como cuando iba de niño con ellos al Carrefour de Gijón (creo recodar) y cenábamos en el Nostrum los sábados (en contraposición, claro, a lo habitual, que es sentirme como un niño, pero sin cena gratis)

Gula



Justo una semana después, como si hubieran podido leer cómo en mi mente se cuajaba un post sobre el día de compras, justo cuando entro por la puerta de casa después de haber estado todo el día fuera (y becaría+clase+inglés => cansancio), mi madre me suelta un “vamos a Ikea” que me deja descolocado. Sólo hacía una semana que me habían comprado la silla, no podía decir que pasaba y quedar como un interesado, tocaba quedar como un buen hijo.

Así que repitiendo la operación, salvo por lo de las sillas, nos encontramos rumbo a la cena cuando pasamos por delante de un Buffet Oriental al que mi madre nos arrastró. Llamadme raro pero lo de meterse en un buffet libre a cenar para acabar tan asquerosamente lleno que ni siquiera puedas dormir no me parece una gran idea. A los buffets se va a desayunar o a comer para saltarse la siguiente de las 3 comidas diarias. Pero allí estábamos, y la verdad es que la impresión no fue muy buena. Ya puestos, me había hecho a la idea de que, al menos, podría probar unos cuantos platos nuevos; pero lo primero con lo que me encontré fue con croquetas y ensaladilla, decepcionante. Después de probar esos manjares asiáticos, al levantarme a por otro plato, descubrí que por otro pasillo había sushi; eso ya estaba mejor. Pero, una vez más, el resultado no fue el esperado; el pescado estaba muy rico sí, pero el arroz tenía un sabor dulzón que no me acabó de convencer.

Me levanté otra vez (ya por compromiso, porque es un buffet libre y se va a lo que se va) y descubrí que tenían pollo con almendras. Al grito de “las almendras pa mí”, me hice fuerte en la bandeja y se serví unos trozos de pollo con ración extra de almendras. Luego resultó ser cerdo, pero daba igual, yo tenía almendras de sobra en el plato.

Como era de esperar, a la una y pico de la mañana seguía despierto boca arriba en la cama

Envidia



Para todo aquel que seguía el blog, mordiéndose las uñas, con ansías por saber que me iba a comprar con el dinero de la beca, diré que me compré el iPod. Unos días después del examen de Tecnología Electrónica me dije a mí mismo “si apruebo me compro un iPod”. No porque me lo hubiera ganado ni nada así, sino más bien porque las probabilidades me parecieron como tirar una moneda al aire; y tirar una moneda al aire para decidir es una buena forma de saber si quieres algo o no. Claro que no contaba con suspender, pero aprobar tras ir a la revisión; así que las ganas iniciales estaban algo confusas sobre qué se debería hacer. Pero bueno, después de todo había aprobado, y lo suyo era cumplir la apuesta.

Me lo pillé de 60 gigas. Lo cierto es que no pensé a fondo si el de 30 me bastaba. Es decir, calculé unos 300 y pico discos que entrarían en ese; pero no se me ocurrió pensar en si tenía tantos discos. Ahora me doy cuenta de que el de 60 no llegaré a llenarlo jamás (ni me acercaré mucho). Pero soy un agonías y sé que si me hubiera comprado el de treinta gigas, al pasar la barrera de los veinte estaría todo mosqueado y comenzaría a borrar música (y tampoco metería ningún vídeo grande)

El reproductor en sí está bastante bien. Pero aún no comprendo por qué se dedican otras marcas a copiar la rueda de control si no es para tanto


Y poco más que contar de momento. Si no me he suicidado con una serie de barbitúricos al azar es porque suena como demasiado emocionante. Me voy a desayunar

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