I don't know your thoughts these days, we're strangers in an empty space

Vaya, sí que se me ha quedado esto un tiempo sin actualizar. Me gustaría llegar aquí y decir que no pude porque estuve en un coma profundo o algo aún más interesante, pero no. No hay ninguna razón por la que no haya actualizado, de hecho, el motivo es que tampoco había ninguna razón por la que hacerlo. No recuerdo nada realmente significativo estas últimas semanas.


Desde el lunes mi madre me preguntaba todos los días si estaba bien, que me notaba triste. Me preguntaba si me ha pasado algo con algún amigo o en la facultad. Le respondía que, obviando el inmenso dolor de cabeza del domingo y los punzantes dolores de estómago de los dos días siguientes, no me ocurría nada. Pero no parecía muy convencida.

Ayer, finalmente, volvió a insistir sobre el tema, estaba convencida de que me pasaba algo. Incluso mi padre se lo había preguntado. Le volví a decir lo de siempre, pero ésta vez ella continuó. Dijo que no era sólo eso, que me veía así desde hacía unas dos semanas. Entonces me di cuenta; el blog, tenía que ser el blog, ¿podía ser blog?

Inocentemente había creído que me había vuelto mejor persona. Que las cosas molestas me molestaban menos y por eso no tenía sobre qué actualizar. Iluso de mí no caí en la cuenta de que podía repercutir en mi estado de ánimo. ¿Era posible eso? ¿Me estaba convirtiendo en alguien triste y decaído por no actualizar? ¿Por no desahogarme? No, no, no podía ser, pero… quizá fuera mejor no arriesgarse…

En realidad esta semana sí que tenía pensado actualizar, reservaba mentalmente algún momento del día para ponerme a ello. Pero cuando llegaba la hora las ganas se desvanecían y lo daba por imposible. Hoy casi me he tenido que obligar para no dejarlo un día más porque estaba viendo cómo los días desaparecían uno detrás de otro. Actualizado esto espero que el orden del universo sea restablecido y todo vuelva a la normalidad, o algo así