El repartidor
Estás estudiando. Ayer fue lo que se podría considerar, tras muchos años, un día de estudio. Hoy debería ser igual, pero suena el teléfono. Un deber filial te reclama, tienes que llevar tabaco a un par de sitios. Con tal de perder el mínimo tiempo posible bajas sin rechistar. Coges una bolsa y vas al primero de ellos
Yo: Hola, vengo del estanco…
Tipo: Eh, vaya, sí, ¿cuánto es?
Y: 197 euros. Tengo cambio por si quieres…
T: Uff, bueno, es que verás, antes que tú vino otro y ya me sableó 200€ y ahora llegas tú…
Y: (Warning warning) Ya
T: Y el caso es que no vino la dueña con el dinero y yo ahora no tengo
Por tu mente pasan imágenes de películas de mafiosos. “Así que no quiere pagar, eh”. Te imaginas acompañado de Luigi tirando un taburete al suelo. “Debería andarse con cuidado, viejo, porque las cosas se pueden romper”
Y: (Ceja arqueada) A ha…?
T: Bueno, ¿tienes mucha prisa?
Y: Eh… bueno, mucha no; pero bueno…
¿Prisa?, piensas. Tienes que hacer unas prácticas, preparar un examen y éste ni siquiera es tu trabajo. Defina prisa
Alguien te susurra en tu oído izquierdo. Te dice que sólo quiere que te vayas y que no te va a pagar. Además te dice que vas a llegar de vuelta, sin dinero, y te caerá una bronca. Te quiere engañar, ¡a ti!, nada más y nada menos
En tu oído derecho suena otra canción. Sabes que, en condiciones normales, tus padres dejarían allí el tabaco y pasarían otro día, cuando hiciera el siguiente pedido, a cobrar. Además el tipo parece un buen hombre y se le ve que realmente está sufriendo. Se debe pensar que es tu primer día de trabajo y no quiere ponerte en la estacada. Parece que está buscando en su cartera
Pues nada, que busque. Nunca has entendido la política de ‘fiar’. Desde muy antiguo se lleva usando este sistema de trueque de bienes por dinero. Así que te sientas en la barra, coges el periódico y te envuelves en un halo de indiferencia
Un minuto después…
Vaya, el hombre realmente busca dinero desesperadamente… Y yo sin teléfono móvil, le voy a sugerir que llame…
T: Bueno, toma, creo que ya está. Luego tendré que ir al banco que es lo que me mata
Y: Claro, si yo lo entiendo…
En ese momento entra la dueña. El tipo le pregunta una y otra vez si trajo el dinero, hasta que a la tercera le responde que sí.
Finalmente te vas; con el dinero. Tranquilo porque sabías que irte sin él supondría estar preocupado hasta que pagase, pero en parte dolido por no haberte fiado del hombre.
Etiquetas: conversaciones, estanco
1 Comments:
Gracias a Haloscan por borrarme los comentarios a este post en mi anterior dominio
Publicar un comentario
<< Home