Abe's Brain

domingo, agosto 19, 2007

Abe's Garage

Ahora que ya tengo coche (y aprovecho para decir que tenía intención de escribir un post sobre los dos meses de espera) me veo obligado a devolver todo el tiempo que he ido de pasajero al trabajo sin pagar ni un duro. O al menos el equivalente en continuo de lo que me habría correspondido por turnos. Esto se traduce en tener que levantarme más temprano para recoger al resto y llegar más tarde a casa al tener que dejarlos. Además me gusta tener el coche personalizado a mi gusto, no sólo posición de asiento y espejo, sino otros detalles dentro de lo que me permite el pseudo-ordenador a bordo. De modo que el último fin de semana de vacaciones me lleve unos cuantos manuales con la idea de llegar el lunes pronto y dejarlo todo preparado antes de empezar el trayecto.

El plan iba sobre ruedas, llego al garaje con algo de tiempo extra. Desgraciadamente se consume rápidamente, al ser yo un novato, en minucias del estilo de “esto mejor lo llevo delante”, “a ver dónde coloco esto otro”. Total, que me tengo que ir sin haber hecho demasiado, pero con una guantera de lo más ordenada. Al entrar en la autopista descubro que no sé cómo estoy sentado o cómo está el volante, pero el velocímetro sólo lo veo con el ojo derecho, lo que quiere decir que lo veo borroso. Ah, el volante, con la mano izquierda, lo cojo por debajo, que por arriba se me cansa. El martes vuelvo a llegar con tiempo, pero me enrollo buscando un buen sitio para los chalecos reflectantes y eligiendo la música del ipod. El miércoles consigo acordarme de lo del asiento, así que lo pongo un poco más alejado. Parece que está mejor, pero a veces de cuesta embragar. Pero el jueves fue mucho peor.

Aún con cosas por mirar sigo llegando pronto al garaje. Aprovecho para comentar que es un garaje donde estoy un poco de prestado, como un ciudadano de segunda categoría. A los de mi calaña nos dejan aparcar en el último piso, pero no tenemos plaza asegurada (aunque hay de sobra), ni llaves para las puertas de las escaleras.
En fin, que llego al garaje, entro, bajo al primer piso por la rampa de los coches y me dirijo al ascensor (sí, no hay otro modo). Es un ascensor de esos que te ponen una flecha que indica si están subiendo o bajando, o si están más arriba o más abajo que tú; o yo que coño sé, porque después de 5 minutos esperando no podía entender cómo, habiendo sólo 4 ó 5 plantas, todavía no hubiese podido ni llamarlo. El ascensor subía o bajaba, pero permanecía alejado de mi planta y a mi se me agotaba el tiempo y la paciencia. Empecé a pensar que podía estar averiado, así que entré por la puerta de al lado para bajar por las escaleras.

Bajados 3 pisos, llegué a la puerta que da una habitación similar a la anterior, pero del -4. Una puerta cerrada con llave. Con una llave que yo no tenía. Cabreado y, a esas alturas, sudando por el calor, subo de nuevo al -1. Otra puerta cerrada con llave. Mierda.
O sea, que estoy encerrado en unas escaleras, seguramente sin cobertura y con mucho calor. Algo desesperado subo al piso 0, a ver si al menos puedo salir a la calle y volver a entrar por donde al principio. Aparentemente, previendo muertes absurdas como la que me acechaba, la puerta de ese piso no tiene cerrojo. La abro y ahí está el maldito ascensor: libre y totalmente operativo.

P.D. Al final la personalización la dejé para el viernes por la tarde. Ahora sólo me faltan los vinilos y los neones.

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3 Comments:

Blogger Miguel Herrero

¡y los dados! ¡y la figurita de elvis! ¡y la pegatina de "yo conduzco, ella me guía!

:D

19/8/07 14:17  
Blogger Fer

El parking de Pumarín ¿no?

Y que no se te ocurra entrar por el parking de la planta 0 a pillar el ascensor, que está arrendada a un particular con miedo a que le desgasten el suelo.

Yo también me quedé encerrado una vez así y sentí que un par de patadas estaban más que justificadas :-D.

19/8/07 18:35  
Blogger El Aprendiz

Cuidado, que en ese parking son muy mal tomados y dejan notas amenazantes a la mínima...

21/8/07 12:39  

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