Abe's Brain

martes, octubre 19, 2004

I feel my world shake like an earthquake

Andy tomaba apuntes con celeredidad mientras intentaba no perder ni un ápice de lo que explicaba el profesor. De repente, un temblor comenzó a sacudir la mesa. Su bolígrafo se cayó al suelo. Su asiento también comenzó a temblar. Decidido, Andy se tiró rápidamente al suelo, rodó bajo la mesa y se cubrió la cabeza con las manos. A continuación gritó: "¡¡Terremoto!!"

La reacción de sus compañeros fue bastante menos peculiar. Asombrados, algunos incluso con el corazón latiendo fuertemente, se giraron mirando a la bola que ahora era Andy. Ese fue todo el movimiento que hicieron; ninguno se tiró al suelo, nadie rodó. Sólo cuchichearon y se rieron de Andy.

Andy era un chico normal, no tomaba drogas, no estaba borracho; sólo seguía las normas básicas de seguridad ante terremotos que le habían enseñado de niño. Andy viene de Masachuttes con una beca Erasmus. Ahora estudia en la facultad de informática de Oviedo. Andy desconocía la predisposición de las mesas a seguir el efecto mariposa.


Y es que en la clase de ayer tuve que sufrir cómo mi mesa padecía el mayor temblor que se recuerda en Oviedo en lustros. Vale que las mesas sean bastante endebles y que los movimientos de tus compañeros de fila se conviertan en vibraciones que te llegan a ti, pero este ni siquiera era el caso. El problema estaba concentrado en un individuo de la fila de adelante y sus ataques epilépticos.

Hora y media, aproximadamente, estuve de mal humor mientras tomaba apunte encima de la falla de San Andrés. Cuando levanté un poco la mirada para ver al causante, pude ver cómo un tipo de gran tamaño movía sus piernas compulsivamente. Supongo que todos habréis observado este tipo de fenómenos e incluso algunos los sufriréis. Yo no comparto ni entiendo tal afición, pero la acepto; sin embargo, lo de este tipo era desmesurado.

Tampoco sabía si era aconsejable decirle que por favor parase, porque supongo que era algo que no controlaba conscientemente; bastante tendría el pobre con no tragarse la lengua.

Si la clase era de dos horas, ¿dónde está la media hora restante? ¿Acaso estuvo quieto? Ni mucho menos. Hasta aquel momento yo me encontraba solo ante los espasmos de aquel mamífero. Me preguntaba si Brenes lo notaba (sería raro no hacerlo) y si le molestaba tanto como a mí. Fue entonces cuando me señaló un bolígrafo. Un bolígrafo que debería reposar tranquilo en la mesa pero se movía tan furiosamente que parecía que, en las pistas de al lado, un tiranosaurio corría los 400m. Entonces toda la rabia se transformó y estalló en una carcajada. Simplemente no podía aguantarme, con la sola visión del bolígrafo danzando me entraba la risa, era inevitable. Intentaba apartar la vista, pero era difícil no verlo. Bajé tanto la cabeza hasta tenerla por debajo de la mesa, pero era incómodo seguir la clase así. Finalmente no tuve más remedio que moderme la lengua hasta que conseguí calmarme. No fue una clase fácil

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4 Comments:

Anonymous Anónimo

Uhm... hombre si el chico parecía tener un trastorno nervioso-compulsivo, supongo que es normal que no le dijeras nada.

Hace pocos días me paso lo mismo, pero se lo dije al chico y paró (supongo que me odiará y/o pensará que soy un quejón, pero es que es completamente imposible centrarse cuando se bambolea así tu mini-mesa)... y además me es imposible estarme callado :P.

Loki

2/11/04 14:59  
Anonymous Anónimo

yo tome apuntes muy bien y no me rei hasta que vi los ataques de risa de guz.

Y es que yo sufro esos ataques, pero los cajpnes de las mesas me impiden mover las piernas y me habria dado cuenta si mi silla comienza a deshacerse por el movimiento...

P.D: El jodido Taz se iba a quedar calladin...

D Brenes (TM)

2/11/04 14:59  
Anonymous Anónimo

Supongo que todos habréis observado este tipo de fenómenos e incluso algunos los sufriréis.Juas, sí (¡saludos, Roch! :P:P:P)

Por otro lado, recuerdo que, en el exámen de Redes de Septiembre, tenía a Luisan sentado detrás de mí y cada vez que escribía una letra, mi mesa temblaba xD

_Ithilien_

2/11/04 15:00  
Anonymous Anónimo

Saludos:

(¡Tania, a cagar!)

Ahora en serio. Es un tic nervioso. Es facilmente controlable si te concentras en él, pero esto es dificil de hacer mientras atiendes en clase.

Personalmente no me molesta que se me diga (siempre de buenos modos) aunque en cuanto vuelvo a concentrarme en otro asunto vuelvo a perder el control.

Y creedme, salis ganando. Si no dejase que mis músculos canalizasen mis nervios, seria un tipo irascible que saltaria a la minima ademas de tener el pelo rizado medir 50 cm menos (o 30 más y votar a ZP).

ROCH

2/11/04 15:00  

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